Aceite de Algas

Las algas pueden encontrarse en casi cualquier sitio (océanos, charcas, piscinas, peceras…). Aunque no se trata realmente de plantas, estos organismos unicelulares tienen igualmente la capacidad de realizar la fotosíntesis lo que permite la conversión de la energía solar en energía química. Para algunas especies de algas, esta energía química se da en forma de aceites muy similares a los aceites vegetales comunes.

 

La estructura unicelular de las algas es extremadamente eficiente en el uso de la luz y en la absorción de nutrientes, tanto que el crecimiento y la productividad de las algas es entre 30 y 100 veces superior a cultivos como el de la soja.

 

La producción de algas no compite con la agricultura. Las instalaciones de producción de algas son cerradas y no requieren tierra para su crecimiento, usan un 99% menos cantidad de agua que la agricultura convencional y pueden ubicarse en terrenos no dedicados a la agricultura y situados lejos del agua. Ya que todo el organismo convierte la luz del sol en aceite, las algas pueden producir más aceite en un área del tamaño de un garaje que una plantación de soja del tamaño de un campo de fútbol.

 

Las especies de algas que se dan de forma natural pueden, bajo las condiciones adecuadas, producir aceite hasta límites próximos al teórico. Su pequeño tamaño (inferior a 30 micras) y su naturaleza acuática las hace ideales para sistemas cerrados de producción a gran escala, altamente automatizados llamados foto-reactores. Estos sistemas están diseñados para proporcionar a cada célula las condiciones precisas necesarias para la máxima productividad.

 

Las algas crecen muy bien en presencia de altas concentraciones de dióxido de carbono. Y el dióxido de nitrógeno, un contaminante de las centrales eléctricas, es un nutriente para las algas. Las instalaciones de producción de algas pueden por lo tanto alimentarse con los gases de escape de las centrales eléctricas que usan combustibles fósiles, para aumentar significativamente la producción y limpiar el aire. Los carbohidratos que permanecen después de que el aceite ha sido extraído de las algas, pueden ser usados para elaborar piensos para animales, etanol y potencialmente secuestrar carbón.

 

 

 

 

Descripcion del Proceso

 

El cultivo del alga se inicia en el “Nursery”, pasando posteriormente al tanque de desarrollo y crecimiento, en el que las condiciones de iluminación se consiguen a través de un sistema de haces luminosos especialmente diseñados y colocados para conseguir un nivel de radiación óptimo en todo su volumen. Así mismo, en este tanque se controlan todos los factores determinantes para el desarrollo del cultivo.

 

Los haces luminosos se alimentan a través de un generador, del que se aprovecha el CO2 generado para su inyección en el cultivo, consiguiendo además las condiciones de turbulencia necesarias para la distribución homogénea de los nutrientes, en la columna vertical, y para evitar la sedimentación de las algas en el tanque y su adherencia a la superficie de los haces luminosos.

 

 

Una vez alcanzado el estado estacionario de la producción, se procede a la recolección de las algas. En una primera etapa se escurre el excedente de agua que acompaña a las algas. El agua separada se reutiliza en el proceso tras someterla a un proceso de destilación. Las algas se pasan a un secador de tambor rotativo donde se consigue la deshidratación necesaria para su posterior procesado.

 

 

 

Finalmente estas algas deshidratadas se introducen en la extractora para la obtención del aceite que será empleado en la producción de biodiesel. El residuo de extracción es rico en carbohidratos, por lo que puede ser destinado a la fabricación de piensos.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

Ventajas del Proceso

 

 

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